
Por Juan Rincón Vanegas – @juanrinconv
En
el amplio territorio cordobés, exactamente en el municipio de Chinú, se
abrió el concurso de Crónica Vallenata Corta para estudiantes de 10 a
14 años, con motivo del 32° Festival de Acordeones y Compositores, cuya
respuesta no se hizo esperar.
La
convocatoria del concurso de crónica corta ‘En Chinú se escribe de
Vallenato’, estuvo a cargo de la docente y presidenta del evento Yaneth
Álvarez Montiel, quien logró la participación de 32 alumnos de distintas
instituciones educativas. Los escritos versaron sobre juglares,
músicos, canciones, historias del pueblo y hasta del Cacique Takasuán.
El
ganador del concurso literario fue el niño Jesús Eduardo Suárez
Cardozo, quien cuenta con 13 años y escribió la crónica titulada ‘El
cajero que toca hasta las puertas del olvido’, cuyo texto es el
siguiente.
Crónica ganadora
A
la altura del corregimiento de San Rafael, municipio de Chinú, Córdoba,
conocido cariñosamente como ‘Perico’, nació en 1980 un niño que creció
escuchando los silbidos de su padre Cristo Cardozo, a quien le encantaba
por aquella época la música de Alejo Durán.
A
sus seis años, el niño muestra su gran interés por la caja accionando
con un taburete de cuero; a los ocho años su padre le fabrica una caja
elaborada de madera y le puso en vez de cuero una radiografía vieja.
De
esta manera, inició su proceso de aprendizaje. Pasaron los años, y el
joven, quien lleva por nombre Efrén Antonio Cardozo Posada, persona muy
querida en el pueblo por su capacidad de colaboración con sus
coterráneos, tenía como anhelo ser el mejor cajero de la región.
A
pesar de su amor por la caja, no ha podido ascender, y permanece
sentado al lado de la oscura puerta del olvido donde sus golpes poco se
escuchan. Todos lo conocen, pero nadie le da la oportunidad de abrir esa
puerta que ha permanecido cerrada a lo largo de su vida.
El
gran momento, el de mayor alegría para Efrén Antonio, es cuando después
de su trabajo como mototaxista, y con la caja entre sus piernas,
comienza su concierto al lado del picot llamado ‘El látigo negro’, donde
se escuchan a todo volumen vallenatos clásicos. Él, inspirado, sigue la
secuencia musical de grandes cajeros del folclor vallenato.
Su
caja registra los golpes de las distintas canciones, y entonces cree
estar en su verdadero mundo, añorando ser convocado para colmar sus
expectativas. “Quisiera estar así sea en una parranda, como antes lo
hacía”, es lo que expresa emocionado.
Efrén
Antonio, muchas veces mira al cielo esperando salir del pueblo para dar
un golpe de gracia, y que se diga que cumplió su sueño sonoro.
La historia del niño
Con
la esperanza de que Efrén Antonio Cardozo Posada cumpla su sueño
sonoro, culmina la crónica ganadora del niño Jesús Eduardo Suárez
Cardozo. Es un homenaje escrito a su tío, hermano de su mamá, a quien
frecuentemente ve tocar su caja, y hablar de sus deseos de surgir en el
universo vallenato.
Jesús Eduardo
quiso narrar esa historia al ver la carga de ilusiones que tiene. No le
dijo nada, sino que al ganar, le llevó la crónica para que la leyera.
Tío
y sobrino, dos generaciones, estaban unidos alrededor de letras que se
fijaban en varias hojas. Efrén Antonio al terminar de leer no cabía de
la dicha porque lo habían dibujado en toda su dimensión. Unas lágrimas
corrieron por sus mejillas, las que a toda prisa atrapó con su mano
derecha. Entonces, vino el abrazo y el beso en la frente. Un premio
especial para su sobrino, al igual que la bicicleta que recibió por ser
el ganador del concurso de Crónica Vallenata Corta.
Es
la primera vez que Jesús Eduardo participa en un concurso de crónicas, y
a su tío le confesó que cuando supo del concurso se le vino a la cabeza
la historia de él, por toda la carga que tenía al conocer de sus
aspiraciones, las que se han quedado cortas ante el largo recorrido
musical que tienen.
“Estoy agradecido
con mi sobrino porque me escribió algo bello y que nunca esperé. Esto
me motiva para continuar en mis aspiraciones de ser cajero profesional y
participar en poco tiempo en el festival de acá y el de Valledupar, que
sería lo más lindo”, anota Efrén Antonio Cardozo.
Alumno aventajado
Jesús
Eduardo siempre ha sido aventajado para escribir, y en la institución
educativa Nuestra Señora del Carmen de Chinú, lo viven elogiando por su
facilidad literaria y manera de contar historias.
Eduard
de Jesús Suárez Macea y Mónica Esther Cardozo Posada, los padres del
niño, viven orgullosos del talento que Dios le regaló y esperan siga
cultivando su amor por la lectura, la escritura y la declamación.
El
niño vive en el corregimiento de San Rafael, donde su papá lo traslada
en moto al colegio. El recorrido dura unos veinte minutos por una
carretera en mal estado, y al mediodía se repite el proceso para el
regreso a su humilde hogar, donde también viven sus hermanos Tomás y
Elianis. Ellos, están felices porque su hermano mayor logró su cometido.
Golpe de letras
Ojalá
estos golpes de letras de un niño que escribe con pasión sirvan para
que su tío pueda convertirse en lo que le dictó su corazón, el cual le
late al compás de una caja dándose un paseo, un merengue, un son y una
puya por las alegrías del folclor.
El
niño Jesús Eduardo Suárez Cardozo agradeció escoger su crónica como la
mejor, porque además de ser el más grande homenaje a su tío, le sirve
como carta de presentación para ser el cordobés que escribe y declama
sobre la música vallenata, esa que su abuelo exaltaba lleno de emoción
al escuchar al Rey Vallenato Alejo Durán, quien toda su vida se la pasó
exponiendo su pedazo de acordeón y hasta la cachucha bacana que estaba
marcada con el 039. Todo un golpe de emoción.
En
el corregimiento de San Rafael, quedó el Rey Infantil de la Crónica
dando vueltas en su bicicleta por sus calles polvorientas, contándole a
propios y visitantes la ocasión en que se dedicó a escribir una
interesante historia que le corre por sus venas.